El Santo Cristo se alojó por primera vez que se recuerde en la historia en la Iglesia Parroquial. Al comenzar las obras de restauración de su ermita en la calle Real sobre 1996-1997, la Hermandad decidió trasladar la imagen al Templo. Siempre se había instalado una Capilla en alguna casa de la calle, que abría su ventana para que los vecinos pudieran orar al Señor en su entorno. Durante casi un año, La imagen fue fiel testigo de cuanto acontecía y presenció por vez primera la Fiesta de San Juan Bautista.
En forma de poema se recuerda esta efemérides.
Enlace al poema: TESTIGO FIEL